Uno de los retos actuales del mundo educativo es la adaptación a las nuevas tecnologías, pero de nada sirve llenar de ordenadores el aula si apenas se va a usar la máquina para acceder a Google y alguna web. Una pequeña editorial catalana creada por un profesor, Baherumi, comercializa en varios idiomas los Digital-text, libros de texto pensados para ser utilizados on line y con criterio multimedia. "No son libros electrónicos, en el sentido de textos sin imprimir. Son herramientas que buscan aprovechar todos los recursos de la animación y la web", explica su creador, Hèctor Ruiz. Ya los usan más de un centenar de escuelas en toda España, y unos 55.000 catalanes.
Los materiales, hechos por profesores y técnicos, se parecen más a un CD educativo que a un libro de papel porque combinan los textos con vídeos y las fotos con ejercicios, enlaces a otras páginas y materiales varios que el profesor puede utilizar en clase. "No sustituyen al profesor, pero sí permiten hacer la clase más atractiva porque solventan la parte de la educación más mecánica y convierten la pizarra en algo más atractivo", asegura. Mientras, explica con animaciones cómo es posible averiguar el radio de la tierra con los medios que tiene un alumno a su alcance, o por qué la gravedad es diferente en la Tierra y en la Luna.
Seguimiento del alumno
Los libros tienen también otras ventajas, y son la autoevaluación y un mayor control del profesor de las actividades que realiza el alumno. Gracias al sistema, que precisa estar conectado permanentemente a internet, el docente sabe cuánto tiempo dedica el alumno a cada página, cómo resuelve los ejercicios, qué partes ha visto, en dónde se equivoca... Requieren eso sí, de una conexión a internet permanente desde el ordenador y tener descargado el programa gratuito Flash y un equipo mínimo de Pentium 4 a 3 Ghz y 512 Mb de RAM.
Y, además, sostiene Ruiz, "son más baratos que el papel". Hasta el punto que la editorial ha hecho un paquete para vender sus productos a las escuelas asociados a ordenadores portátiles para los estudiantes que se van pagando por cuotas mensuales y que las administraciones pueden usar como instrumento para lograr la gratuidad de los libros de texto. "El hecho de que los libros sean on line y no se puedan descargar nos permite, por un lado, limitar la piratería, pero también actualizar contenidos, añadir partes, corregir errores...", detalla. También hay sitio para lo tradicional: "Al final de cada capítulo hay un resumen que se puede imprimir en papel para empollar", explica Ruiz.
La innovación de Baherumi, que ha requerido un plan de inversión de más de un millón de euros, está financiada por capital riesgo catalán, Venturcap, y los recursos de sus tres socios, de entre 26 y 33 años: Ruiz, en la parte creativa, y Carles Barnet y Cristina Miguez, en la financiera. De momento, cubren las materias de ciencias naturales y tecnología, y para el próximo año pretenden abarcar el resto de asignaturas troncales, como matemáticas, catalán, castellano, inglés, sociales y educación para la ciudadanía.
La idea surgió --"yendo en coche"-- a partir de la colaboración de Ruiz con una empresa editorial vinculada a la Universitat de Barcelona. Biólogo de formación, fundó la revista Eureka, para divulgar la ciencia entre los docentes, y Omnis Cellula, la revista oficial de la Societat Catalana de Biologia. De ahí, derivó a los libros que ya no se parecen al libro.
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